El jurado es una institución única. Doce ciudadanos comunes, a veces solamente seis, sin formación jurídica, reciben citaciones para escuchar los testimonios en una importante disputa penal o civil. Si bien el juez que preside el juicio decide qué testimonios pueden oír y les instruye acerca de la ley, al final estos ciudadanos deliberan solos y emiten veredictos sobre la culpabilidad o la inocencia; a veces acerca de quién ha de ser sentenciado a morir; o, en causas civiles, quien debería prevalecer en una disputa que en ocasiones involucra millones de dólares. ¿Pero son los jurados lo suficientemente competentes y responsables como para tomar estas decisiones? Hay pruebas abrumadoras que indican que lo son.
Cientos de estudios han evaluado la competencia de los jurados. En un memorable estudio de 1966 que analiza 3.576 juicios penales y más de 4.000 litigios civiles, Harry Kalven y Hans Zeisel, catedráticos de la Universidad de Chicago, preguntaron a jueces que habían escuchado los mismos testimonios que los jurados cuáles hubieran sido sus veredictos antes de conocer la decisión de los jurados. Los jueces y los jurados coincidieron más o menos el 80 por ciento de las veces.
¿Qué ocurre con el 20 por ciento restante? El estudio reveló que en esos casos los jurados entendieron los testimonios y la ley, pero que sencillamente discrepaban de los jueces en cuanto a las perspectivas y los valores que aplicaron. En pocas palabras, los jurados aplicaron normas comunitarias, mientras que los jueces aplicaron normas técnicas jurídicas. Las conclusiones de ese estudio se han duplicado muchas veces.
En otro estudio se compararon los veredictos emitidos por jurados en casos de negligencia médica con opiniones independientes dadas por médicos sobre si se había producido o no una negligencia. Los veredictos de los jurados se correspondían estrechamente con las opiniones de los doctores. Además, muchas veces los jurados se pusieron de parte de los acusados, aun cuando los pacientes sufrieron heridas graves, lo que indica que los jurados no estuvieron influidos por lástima al tomar sus decisiones.
Entrevistas hechas con jurados después de que rindieron sus veredictos en juicios que entrañaban complejos testimonios de expertos han demostrado un análisis atento y crítico. Los jurados entrevistados reconocieron claramente que los expertos fueron seleccionados en el marco de un proceso contencioso. Emplearon técnicas sensatas para evaluar el testimonio de los expertos, como por ejemplo al determinar la integridad y coherencia del testimonio, al compararlo con otros testimonios presentados en el juicio y al evaluarlo basándose en sus propios conocimientos y experiencias de vida. El estudio revela, además, que los jurados combinan en sus deliberaciones sus perspectivas personales acerca del testimonio y debaten sus méritos relativos antes de llegar a un veredicto.
Proyecto de jurado en Arizona:
He participado en un proyecto extraordinario en el que otros investigadores y yo grabamos vídeos de los juicios y las deliberaciones de los jurados en cincuenta causas civiles. Nuestras conclusiones respaldaron firmemente las conclusiones de otros estudios empíricos acerca de la competencia de los jurados. Por ejemplo, en uno de los juicios los jurados interrogaron a un médico que había declarado en nombre de una mujer que resultó herida como consecuencia de un choque entre dos automóviles, un Oldsmobile y un Lincoln:
• ¿Por qué [no existen] comprobantes médicos más allá de los dos años anteriores al accidente?
• ¿Qué exámenes o determinación aparte de lo que dijo subjetivamente el paciente determinaron [su diagnóstico de] una migraña?
• ¿Exactamente qué síntomas tuvo [el paciente] en lo que respecta a una migraña?
• ¿Por qué no se hicieron otros exámenes para descartar la presencia de otros problemas neurológicos?
• ¿Existe una medida de la cantidad de serotonina que había en el cerebro?
• ¿Cuáles son las causas del mal funcionamiento de la serotonina?
• ¿Es la cirugía el último recurso?
• ¿Qué es la indotomiacina? ¿Puede causar dificultades si se padece de problemas de próstata?
Entre las preguntas que se plantearon al experto en reconstrucción de accidentes del demandante figuraron las siguientes:
• Sin saber como ella estaba sentada y sin conocer su peso, ¿cómo puede usted estar seguro de que se golpeó la rodilla?
• ¿Cambiarían estos factores su estimado de que la velocidad fue de 15 [pies por segundo]?
• Si un cuerpo en movimiento permanece en movimiento, y el movimiento de ella continuó desde antes del impacto, ¿cómo empezó este movimiento y en qué basa usted esto?
• ¿Qué altura tenía la persona que estaba sentada en el modelo de vehículo que utilizó usted para reconstruir el accidente? ¿Cuánto pesaba?
• ¿Cuál es el margen de error en su estimado de diez millas [por hora]?
• ¿Se basa el tiempo de 50 a 70 milisegundos en un estimado del tamaño de la abolladura?
• ¿Concluye usted que el Oldsmobile sufrió una desaceleración y un empujón hacia la izquierda por el Lincoln, y [en caso afirmativo], cómo se movería la demandante a la derecha y hacia delante?
Las deliberaciones de otros jurados grabadas durante el estudio revelaron una atención similar a los detalles.
Sabiduría colectiva:
Hay muchas razones lógicas para creer que, bajo la tutela de un juez que les explique la ley, un grupo de doce personas, que no siendo profesionales ni expertos en la materia puede realizar mejor el análisis objetivo de las pruebas y decidir un caso que lo que podría hacer un juez por sí solo.
Los juicios normalmente entrañan diversas cuestiones acerca del comportamiento humano. Por ejemplo, los casos de violación en una cita generalmente se refieren a si la relación sexual fue consensual, no si ha ocurrido. En un juicio por homicidio con frecuencia existe una prueba clara del asesinato, pero se trata de decidir si éste fue premeditado, cometido sin pensarlo, en defensa propia o cometido por un enfermo mental.
¿Por qué deberíamos suponer que los jueces son más capaces que un jurado de determinar la credibilidad de un testigo que afirma que el acusado había proferido amenazas de muerte, o que estaba llevando a cabo un complejo proyecto para inflar los precios de las acciones?
En todo veredicto pronunciado ya sea por un juez o por un jurado, abundan los variables culturales. Por lo tanto, en un caso de asesinato en el que están involucrados una víctima y un acusado afro estadounidense, ¿comprendería mejor un jurado integrado al menos por varios afro estadounidenses el insulto proferido que llevó al acusado a afirmar que su vida estaba en peligro, que un juez blanco criado en un barrio blanco?
En uno de los juicios por jurado en Arizona en el que una demandante hispánica resultó herida en un accidente de automóvil, un jurado hispano les dijo a los demás miembros del jurado que las personas hispanas tienden a preferir a los quiroprácticos en lugar de los médicos, lo que explica posiblemente la razón por la que la demandante no siguiera la recomendación de acudir a un médico.
En otro juicio, dos miembros del jurado con conocimiento sobre reparaciones de automóviles pudieron explicar cómo un camión se incendió y quemó una casa.
En pocas palabras, los antecedentes diversos que los miembros del jurado aportan a su tarea, pueden darles una mejor comprensión intuitiva de los hechos que el juez, quien puede tener poca experiencia en una situación específica como la ocurrida en el caso disputado.
Los detractores:
Detractores de los juicios por jurado citan muchas veces algunos casos simbólicos. Uno de estos es un famoso juicio de responsabilidad civil por productos que tuvo lugar en 1994. Una mujer de 79 años sufrió quemaduras al derramarse el café que le sirvieron en un McDonald’s. La indemnización punitiva de 2,7 millones de dólares que otorgó el jurado a la mujer creó un debate sobre lo que algunas personas consideraban procesos frívolos.
Sin embargo, la mayoría de la gente probablemente no tiene conocimiento de las pruebas que consideró el jurado de este caso:
• Para satisfacer las preferencias de su clientela, McDonald’s servía el café 20 grados más caliente que lo que recomendaba el fabricante.
• La mujer sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en los genitales, siendo necesaria una intervención quirúrgica e injertos de piel.
• McDonald’s había recibido antes de este incidente más de 700 quejas sobre la temperatura del café, pero nunca consultó a un especialista en quemaduras.
• En el juicio, los directivos de McDonald’s supuestamente se comportaron de manera arrogante y se mostraron reacios a cambiar su estrategia de marketing (aunque después del veredicto McDonald’s redujo la temperatura del café).
• La indemnización punitiva de 2,7 millones de dólares equivalía apenas a dos días del total de ventas de café de McDonald’s. Además, el juez redujo la indemnización a 480.000 dólares.
El caso de McDonald’s sirve también como advertencia de que los juicios por jurado son realmente “juicios por un juez y un jurado”, y que el juez supervisa los testimonios que escuchan los jurados, instruye a los jurados sobre la ley y escudriña el veredicto de éstos antes de ser declarado como juicio del tribunal.
Muchas otras críticas sobre los veredictos de jurados en causas penales y civiles que aparecen en los periódicos y en Internet tampoco logran resistir un examen atento. Los jurados pueden cometer errores, igual que los jueces y otros decisores, pero existen pruebas sólidas que indican que, por lo general, los jurados actúan sumamente bien. Estudios de jueces estadounidenses que presiden sobre juicios indican que la mayoría apoya de manera entusiasta el sistema de jurado.
El delito, la negligencia y la comunidad:
Los juicios tratan sobre sucesos que afectan a la comunidad en que ocurren. Hacer que miembros de la comunidad decidan quién es culpable y quién es inocente, o quién ha sido negligente o no, da legitimidad al veredicto, especialmente cuando el caso es polémico.
En los numerosos estudios que he realizado en las últimas cuatro décadas, los posibles miembros de jurados indicaron sistemáticamente que estarían inclinados a aceptar el veredicto de un jurado que escuchó los testimonios durante el juicio, aun cuando ese veredicto no fuera compatible con sus propias opiniones sobre el caso derivadas de los periódicos y la televisión.
Investigaciones recientes han demostrado también de manera convincente que las personas, después de haber actuado en un jurado, no solo tienen una mejor comprensión del sistema jurídico sino que también participan más en los asuntos cívicos y están más dispuestos a trabajar como voluntarios al servicio de la comunidad.
En pocas palabras, hay pruebas sólidas que indican que los jurados no son sólo personas competentes en tomar decisiones, sino que también el sistema de jurados es una institución democrática importante.
Fuente: http://www.america.gov/st/usg-spanish/2009/July/20090804164859jkdm7.146853e-02.html
Fuente: http://www.america.gov/st/usg-spanish/2009/July/20090804164859jkdm7.146853e-02.html