Joe Arpaio es considerado el Sheriff (comisario) más severo, mediático y controvertido de los Estados Unidos. Pero desde 1992 es elegido período tras período por los casi cuatro millones de habitantes del Condado de Maricopa, Arizona, y dentro de pocas semanas aún cumplidos los 76 años Arpaio volverá ser electo para ser el brazo de la ley en una región conflictiva del país del Norte.
No solo las declaraciones públicas del Sheriff son motivo de escándalo permanente, sino sus actitudes concretas en el terreno de cómo se vincula con el delito y los criminales lo que hacen de este abuelo un hombre del cual se habla en todo los Estados Unidos, y ni los organismos defensores de los derechos civiles han podido impedir que la población lo elija en forma reiterativa como su jefe de policía preferido.
Cuando hace unos años Arizona estaba por invertir decenas de millones de dólares en un moderno complejo carcelario (los que habían hasta entonces eran insuficientes para alojar delincuentes), Joe Arpaio creó un sistema de carpas que actualmente sirven para alojar a miles de reclusos y por las características de fácil construcción se pueden agrandar permanentemente.
Claro, el Sheriff le hace ahorrar mucho dinero a los contribuyentes y aparte les rinde cuenta de sus polémicas nuevas medidas, y la gente lo sigue eligiendo.
Pero hay más. Arpaio consignó una serie de prohibiciones como ser el tabaco, las revistas pornográficas y lo más polémico, retiró de los gimnasios carcelarios los aparatos de musculación y levantamiento de pesas, y lo justificó con estos términos: “Esta gente está en la cárcel para pagar una deuda con la sociedad, no para criar músculos y asaltar a gente inocente cuando dejen la prisión”.
En otras de sus decisiones polémicas, el Sheriff cortó el servicio de televisión por cable a los presos, hasta que por una resolución de la Corte Federal que obliga a prestar dicho servicio lo hizo retroceder... pero no tanto. Arpaio volvió a brindar televisión por cable pero solo en dos canales: el de Disney y el del Servicio Meteorológico. Cuando tuvo que explicar a la población el porqué de sus controversiales decisiones (entre ellas, la gastronomía carcelaria cortó el café argumentando ser cero nutricional y constituir un derroche de dinero innecesario para el contribuyente), el Sheriff declaró: “Esto es la cárcel, no es el Hotel Ritz Carlton. Si no les gusta, no vuelvan”.
Ciertas costumbres de humillación que utiliza el sistema carcelario impuesto por Arpaio son reprobadas por los organismos que defienden los derechos civiles, pero aprobados por la población, quien en definitiva lo elige permanentemente.
La agencia Associated Press escribió un informe donde se consignaba lo siguiente: (...) Las temperaturas de Phoenix fueron más altas que de costumbre, con 43 grados aproximadamente 2000 internos alojados en un campamento rodeado por alambres de púas fueron autorizados a despojarse de sus ropas y quedar vestidos únicamente con sus calzoncillos de color rosado provistos por el gobierno...”.
“Esto es el infierno, es inhumano, estamos dentro de un horno” se quejó a la agencia de noticias un preso, Ernesto González, con varios años de condena por cumplir.
El Sheriff dio su versión a los periodistas que le entrevistaron: “Los criminales deben ser castigados por sus delitos, no vivir a todo lujo hasta que les llegue la libertad condicional, solo para que salgan a cometer más crímenes y volver para vivir a costa del contribuyente y disfrutar de cosas que los contribuyentes quizás no puedan afrontar para sí...”, afirmó muy suelto de cuerpo y seguro que la reacción de los cuatro millones de personas que dependen su seguridad de sus particularidades le seguirán apoyando.
Y a quienes se quejaban por las altísimas temperaturas que soportan los reclusos, les apuntó: “(...) en Irak nuestros soldados viven también en carpas, caminan todo el día cargados con sus pertrechos de guerra, encima les disparan y ellos no han cometido ningún crimen... de modo que cállense la boca”.
En América Latina algunas voces piden que sea la población –y no los partidos políticos- quien proponga a quienes serán sus jefes policiales. Si ese momento llegase (algo improbable por ahora), habrá que ver cómo reacciona la comunidad cuando personajes estilo del Sheriff Joe Arpaio realicen campañas proselitistas fundados en lo que él polémico policía llama trato duro pero compasivo. ¿Usted votaría por éste sheriff?