Por: Iván G. Fernández Paz (*)
El Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), es un organismo de fachada pseudo-democrática creado para satisfacer intereses políticos partidarizados y así tener un ente “evaluador - seleccionador”, que cumple las formalidades de instalar en el Poder Juzgador “amigos ó correligionarios” de los que ejercen el Poder Ejecutivo y Legislativo.
Teniendo como claro propósito de que, si ellos (nuestros gobernantes) delinquen tarde o temprano sus amigos en la cúspide del Sistema de Justicia les tendrán que devolver el favor absolviéndolos de plano, así sea escandaloso el fallo exculpatorio de un Juez o Vocal, ó benevolente la investigación o acusación de un Fiscal del Ministerio Público.
Siendo en tales circunstancias, que se otorga una oprobiosa -pero bien articulada- legalidad a los representantes de un Poder Judicial que no es Poder (léase mi articulo PODER JUDICIAL FALSO PODER en mi Blog), por cuanto los Poderes sólo son Poderes del Estado si nacen, sí y solo sí del voto popular o sufragio universal.
Si bien es cierto que, Nuestra Constitución Política, les otorga un marco da legalidad “Articulo 150: El CNM se encarga de la selección y el nombramiento de jueces y fiscales, salvo cuando estos provengan de elección popular”; también resulta cierto que nuestra misma Carta Magna ofrece una alternativa más democrática e interesante en su CAPITULO VIII: Poder Judicial Art. 139, Inc. 17 La participación POPULAR en el nombramiento y en la revocación de magistrados. Siendo por lo argumentado y entender tácito que, la preferencia masiva ciudadana se orientará más al accionar que refleje su voluntad popular en la medida que el vulgo lo empiece a entender y valorar.
Los ciudadanos no debemos permitir que, nuestra insipiente Democracia siga abalando instituciones como el CNM, la misma que no representa a TODOS los peruanos por cuanto sólo deviene de sufragio únicamente de sectores “profesionales” para elegir personas por lo general político-partidarizadas, las mismas que luego eligen a “personajes” con tinte político o que danzan acorde a la música que les toca el gobierno de turno.
Por otro lado, desde la capital -una vez más-, se digitaliza bajo un centralismo siempre agobiante, la selección de postulantes casi desconocidos en los lugares en donde han de despachar, cuando son los pobladores locales, los que más conocen a sus “abogados” que desearían llegar a ser magistrados; por lo tanto resulta ser la elección popular – de alguna manera - una garantía del proceso selectivo.
Un verdadero Estado de Derecho, debe de estar avalado por una correcta y adecuada institucionalidad que refleja el sentir popular, es por lo cual no se debe permitir que organizaciones como las mencionadas trasciendan, siendo parte del contubernio para dar una pseudo legalidad democrática y así manejar parte del poder que únicamente debe ser conferido en reflejo de la voluntad popular.
Ante lo expuesto, las instituciones de la Sociedad Civil organizada, deben de empezar a promover y liderar propuestas Ciudadanas Democráticas de Consejos Regionales de la Magistratura (CRM) de carácter eminentemente local, con la cual se podrá elegir Jueces y Fiscales por elección sólo popular, incorporando a la misma el organismo de control eminentemente ciudadanos, que de paso los revoque y expulse cuando se les encuentre irregularidades a los magistrados elegidos popularmente; así, instituciones como el Órgano de Control de la Magistratura (OCMA) , ODICMA y entre otras ya no tendría razón de ser, por que son las primeras que rompen el elemental principio de imparcialidad en la medida que siempre son Juez y parte, y en donde un Magistrado investiga a un “colega” que luego -por vueltas que da la vida- puede llegar a ser juzgado por el mismo juez, asunto por demás absurdo.
En consecuencia, es de rogar y crear conciencia a los integrantes de los Colegios Profesionales (integrantes de la Sociedad Civil), el NO ser parte, por lo tanto NO avalar la propuesta de elecciones para integrantes del CNM, por que resultan a la larga siendo cómplices de las falencias democráticas de nuestro permanente y cuasi siempre deteriorado Sistema de Justicia.
Sólo reordenando nuestro Sistema Democrático especialmente poniendo énfasis en el sector justicia, dejaremos luego de estar quejándonos, enmarcados en el adagio que reza: “Si el pueblo los eligió, que el pueblo los juzgue” (IFP); argumento poco apetecible y de hecho sumamente desagradable para los JUZGADORES (Jueces) y ACUSADORES (Fiscales), mucho mas para sus “amigos” los CORRUPTOS (Políticos).
La batalla contra la corrupción se ganará en el Poder Judicial, sólo si juzga el ciudadano como jurado, no existe otra fórmula; en consecuencia amigos profesionales no pequen de ingenuos porque ignorantes no lo son.
(*) Director del Proyecto Jurados. Asociación Civil PROMOVIENDO DESARROLLO.
http://projurados.blogspot.com/