Justicia VS Ley, apreciaciones para legos

“Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe de ser ley por que es justa.” Montesquieu

Dos vocablos en el cual, por el uso y abuso cotidiano son mostrados como si se tratase de sinónimos o semejantes; es de resaltar en el titular el “VS” o siglas en inglés de versus que significa contra, el cual contienda pugilística, los enfrenta, pues, la importancia de su esencia y semántica continuamente - en nuestro país - las vuelve antónimas o simplemente irreconciliables, como lo es, el agua y el aceite.
Consciente de exponer estas líneas a la eventual apreciación de algún “erudito en la materia”, y considerarlas como absurdo o innecesario, intentaré a continuación demostrar lo contrario.
Análisis que deviene por constantes incongruencias tangibles y lamentables de confusión, percibidas en nuestras continuas exposiciones (desde 1999 a la fecha, más de un centenar), y en el conversar y debatir sobre un tema – inclusión ciudadana en el sistema de justicia Proyecto Jurados - en donde, resulta intrigante, cómo el inconsciente de legos y hasta de profesionales del derecho se orientan hacia la percepción – testaruda - de hacer parecer Justicia y Ley como equivalentes; con la misma perplejidad, se exponen, en titulares de medios de comunicación, los cuales al ampliar la noticia, diluyen aquello de que Justicia y Ley, vienen a ser análogas o para-iguales.
Tal inconveniente situación - en las ponencias – obliga a destinar un valioso tiempo, argumentando el deslinde referido en nuestro titular; y en la búsqueda por desvincular los vocablos de manera objetiva, concisa y precisa, la ubiqué en el Diccionario Filosófico de Agustín Ezcurdia Hijar y Pedro Chávez Calderón (UNAM) que menciona: Justicia: Condición sine qua non (necesaria) de la paz y el bien común. Lo que es conforme a la norma ideal natural o positiva. (En este caso se distingue entre norma y ley positiva, ya que ésta no puede ser justa).
Desconocen los ciudadanos, que nuestro Poder Judicial, es en esencia extremadamente legalista, todo se orienta por estar hecho “con arreglo a ley”, aun cuando se encuentre distanciado de lo justo; encuadrado en la ley o en sus códigos, se termina parametrando al juez, distanciándolo del fin supremo de emitir verdadera Justicia; y si el honorable magistrado (en proceso de extinción), impusiese verdadera Justicia muy por encima de la ley, corre el riesgo de traspasar los linderos hacia el delito de la prevaricación y en consecuencia ser sancionado.
Resulta propicio, rememorar frases como las de González Prada en Horas de Lucha, “Las muchedumbres ignoran que no saber sino códigos es muy pobre saber”; ó también a Ciro Alegría en Ofrenda de Piedra– Calixto Garmendia “Lo que necesitamos es Justicia, el día que el Perú tenga justicia, será grande”. Tales apreciaciones nos ayudan a conceptuar y permiten comprender, el porque vivimos en un país atestado de leyes, pero tan carente de justicia, siendo remarcado por la inédita frase de: “Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe de ser ley por que es justa”.
No obstante, nuestro diario acontecer se enfrasca en lo que es legal o ilegal, o si tal o cual cosa es justa o injusta, culminando en fusionar palabras. A diario se escucha el clamor popular pidiendo justicia; habitamos una sociedad en donde es común el carecer de ésta elemental virtud, lamentablemente y como es sabido, enmarcadas en leyes muchas injusticias se imponen.
Lo expuesto, resulta aún más perceptible, al analizar su verdadera aplicación en los Poderes Judiciales de las naciones, que desde el descubrimiento y posterior conquista de nuestro continente se establecieron como lo es:
- La impuesta por España y establecida en Centro y Sudamérica, reconocida como Justicia romano-continental de sistema inquisitorial, ésta engendra Países Legalistas, ácratas, siendo sumamente profesionalizada, lenta, codificada, escrita e intérprete ambigua de la ley. Resultado, sociedades anacrónicas, corruptas e inequitativas en la administración de justicia.
- La otra adoptada de Inglaterra y establecida en el Norte, más conocida como Justicia Anglo-sajona, de sistema acusatorio, concibe Estados Justicieros, democráticos, es semi-profesional, ágil, consuetudinaria, oral y evocadora constante de lo justo. En consecuencia, calidad de sociedades enmarcadas en los preceptos de Justicia VS Ley, dentro de un contexto a su adecuada delimitación.
Expongo una realidad axiomática (no necesita demostración), que nuestro sistema Judicial no funciona, siendo perceptible hasta en los refranes populares, para ejemplo, basta referirnos a la tristemente célebre frase “Hecha la ley, hecha la trampa”; demostrando que las leyes forjadas en el Poder Legislativo por congresistas con apoyo de sus asesores, tarde o temprano hacen aflorar el ignominioso “vacío legal”, situación conveniente y complaciente para ciertos juristas, que al aplicar argucias legales astutas, violan la justicia.
En claro contraste, los “gringos” también manejan un interesante aforismo que lo expresan así: “Donde termina la ley - protegida por juristas-, empieza la Justicia – que defiende el ciudadano como jurado” -, descartando de plano la existencia del vacío legal, o el vil engaño de la leguleyada certera y deprimente, siendo ahí donde la justicia ciudadana se impone. En las naciones Justicieras del norte, aun cuando las leyes forman parte de su estructura, impera la Justicia; y así como el juez, se envuelve en el rito de la legalidad (en primera instancia), al culminar los vericuetos de la misma, permite a los ciudadanos que conforman el Jurado (algo así cómo una segunda instancia) emitir mecanismos de justicia propios del popular y elemental sentido común.
Por lo tanto, se hace imprescindible, urgente y necesario el deslinde de los términos debatidos; pues es en ello donde anidan las bases para el desarrollo de una nación, la que al verse fortalecida con la instauración futura del Juicio por Jurados, nosotros, el pueblo, contribuiremos en la formación de una Nación más justa y menos legalista, así mismo; con el propósito de establecer una corriente ciudadana, empecemos con la correcta apreciación de los vocablos concluyendo que, nunca es, ni ha sido igual, Justicia y Ley.
El Jurado se enmarca en lo justo más allá de lo legal (I.F.P)