UNA SÓLIDA JUSTICIA REFUERZA UNA FRÁGIL DEMOCRACIA


Por: Iván G. Fernández Paz (*)
Quiero presentarme como un ciudadano con elemental sentido común, y en el curso de la presente redacción no es mi deseo ingresar en el intrincado terreno de los abogados o jurisconsultos aquellos que interpretan y se enredan en los vericuetos de las leyes, sino, entrar a los terrenos de una virtud cardinal y elemental propia de todos los seres humanos que es, la Justicia y especialmente orientar el presente texto al ciudadano común lego en ciencias del derecho.
Al mismo tiempo tengo el amplio deseo de dar respuesta a una de las grandes interrogantes del por qué nuestro país no encuentra el rumbo para un progreso y desarrollo eficiente, siempre ligado a una insipiente Democracia. La propuesta, no es innovadora sino que simplemente, es el análisis e interpretación de la vivencia real y concreta obtenida de los países del primer mundo y en espera de crear conciencia colectiva que para cambiar nuestra Nación la esencia radica en aportar cambios radicales a nuestro Sistema de Justicia y sobre todo a su Poder Judicial, para lo cual ofrezco mis mejores apreciaciones orientadas a obtener su interés “por ser Justicia”.
Así mismo, es bastante probable que, lo que en estas líneas exprese, afecte notablemente el intelecto de aquellos que viven a expensas de la Democracia y hacen uso de ella para depredar al estado en beneficio de sus intereses obscuros; también se sentirán aludidos todos aquellos que subsisten en el fango de la corrupción y están inmersos en cualquiera de los endebles y decadentes poderes del estado, también todo aquel delincuente que imbuido en nuestra sociedad hace de las suyas sin obtener castigo alguno; estos siniestros individuos que abundan en nuestra país, probablemente intenten degradar la idea o descartarla de alguna manera, pero estos “personajes” también deberán tener en cuenta que el cambio es necesario e inevitable. Por otro lado, esta idea sonará a música celestial para todo aquel honorable ciudadano que cree, que el país no tiene solución o aquellos otros que buscan un salvavidas para este Perú, que cual naufrago en el mar de las desventuras se encuentra inmerso, gracias a cierta decadente clase política que le vende al pueblo la falsa idea, que la Democracia es la panacea para solucionar todos lo problemas que lo aquejan.
Me he enfrascado de forma por demás apasionada desde 1998 en averiguar en diversos medios sobre las Doctrinas y Sistemas de Justicia en el mundo (derecho comparado o mejor dicho comparando justicias); algunos que respeto pero no comparto u otros desfasados en el tiempo (como el derecho romano que tenemos). Por lo tanto, bajo la premisa de adopta y mejora, pero sobre todo perfecciona; mi apreciación se orienta básicamente a reproducir la doctrina de justicia Anglosajona, que tiene como dogma fundamental la participación efectiva del común de sus ciudadanos integrando JURADOS, la misma que, creo y defiendo por convicción, es la mejor tanto en lo penal como en ciertos casos en lo civil.
La respuesta a mi inquietud y que gustosamente traslado a usted amigo lector, es el de tener en cuenta que la Democracia es una extensión de la Justicia y no a la inversa, como se ha venido haciendo y es natural, que así no funcionen las cosas.
Es demostrable que, una sólida Justicia refuerza una frágil Democracia; en aquellos países que son dignos de constante admiración la secuencia en realidad es que, antes de haber elaborado una democracia - la misma que nuestra clase política para su conveniencia copió - primero y sobre todo establecieron una vigorosa y eficiente base de Justicia, cimentada en la participación real del pueblo y lo denominaron Jurados. Y no ha sido a la inversa, como es el denominador común en los países Latinoamericanos, en donde anteponiendo Democracia siempre una clase política dominante ha depredado al estado para beneficio personal, sin que medie una Justicia efectiva que los pueda sancionar de manera real y ejemplar - como es de notar, a cierta clase política corrupta no le interesará en lo absoluto el copiar este modelo de justicia - generando en franco ascenso, “la cultura del vivo o del corrupto”, que en la mayoría de los casos se aprovecha de una endeble democracia para obtener poder, llegando a ser autoridad, progresando a expensas de inmoralidad e injusticias.
De igual manera, amigo lector, pienso que nuestro país ya no está para realizar experimentos banales, que al cabo de unos años nos llevan al fracaso total. Es más, dejo por sentado que en todo los países donde existen Jurados y éstos hacen uso de la Ley común, también ampliamente conocido como Derecho Consuetudinario, siempre hay progreso, exista o no Democracia (como en algunos países asiáticos).
En conclusión; es el Jurado el que refleja en una verdadera Democracia, el Progreso de las Naciones, la misma que fundamenta la eficacia de su Poder Judicial, en una institución compuesta por ciudadanos que constantemente participan emitiendo un veredicto basados en sentido común, resaltando aquellas metafóricas fórmulas, en donde el orden de los factores sí altera drásticamente el producto y que he institucionalizado como:
Justicia + Democracia = PROGRESO
Democracia - Justicia = CORRUPCIÓN
Por lo tanto, dejemos que los políticos usen la Democracia para retener el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, pero entreguemos al Pueblo como futuros Jurados el Poder Judicial avalados por nuestra actual constitución “Cap. VIII Art. 138º La potestad de administrar justicia emana del pueblo...”; el mismo que con el devenir del tiempo, se vislumbra como el verdadero Primer Poder del Estado y ante el cual, los nocivos individuos que conforman esta democrática sociedad temblarán.
Soy consciente que la tarea será dura y los obstáculos innumerables, pero no imposible, si hemos luchado por la Democracia que beneficia a unos cuantos, ¿Por qué no hacerlo por un ideal de Justicia, que beneficiará a todos por igual?
(*) ANALISTA – Asociación Civil Promoviendo Desarrollo Chiclayo
Director del PROYECTO JURADOS (PRO-JURADOS) E-mail :
projurados@hotmailcom