“Juán Perez y su viaje al más allá” (Cuento )

Autor:  Iván G. Fernández Paz
Erase una vez Juan Pérez un millonario, quien al fallecer “vio una luz al final del túnel”,dirigiéndose hacia esa, sintió que flotaba por los cielos; de pronto, apareció un impresionante portón por el cual se permite el ingreso al Jardín del EDÉN o PARAÍSO, imponente armazón de madera a la cual se acercó para tocar con impetuosa decisión… (¡toc, toc, toc!).
Luego de unos segundos, se abrió una “ventanilla” de la misma puerta, asomándose la imagen de un anciano de aspecto benevolente, de amplia barba blanca y refulgentes vestiduras, quién muy cortésmente se presentó: – ¡Hola! soy Pedro quién resguarda las llaves de ingreso al Paraíso – ¿Y Usted. quién es?
El aludido contestó: –Saludos, soy Juan Pérez del Perú y es mi deseo ingresar al PARAISO – ¿Podría Ud. dejarme entrar?
– ¡Momento por favor! – Respondió San Pedro, – antes, debo de revisar si se encuentra en la lista de los ingresantes (luego de leer extenso listado); respondió – Mmm… ¡Juan Pérez NO!,NO está en ésta lista.
–¿Cómo? – exclamó asombrado Juan–. ¡No es posible! Su sistema debe estar fallando, vuelva a revisar por favor;le advierto que soy una persona sumamente preparada, educada, culta e instruida, por lo tanto debo de estar en aquél listado.
Por segunda vez, San Pedro volvió a revisar la lista, exclamando – ¡Reitero! Ud. no ésta aquí en la lista –
A lo que Juan Pérez alegó: –No es posible, pero si fui una persona exitosa, mire Ud. en Educación me ha ido muy bien, siendo muy inteligente ejercí mis dos profesiones -abogado y economista-, cuento con Maestrías y un Doctorado, llegando a ser hasta juez del Poder Judicial, manejo varios idiomas a la perfección -inglés, alemán,francés-, hasta he hablado en latín con el mismo Papa; he viajado a tantas naciones del mundo que en Historia y Geografía soy un experto, tengo escrito 2 libros, he emitido opiniones en diversos medios de comunicación y hasta fundé mi propia Universidad.
Mientras Juan Pérez describía su alto nivel educativo y de instrucción, -por tercera y última vez- San Pedro,revisaba el listado de ingresantes al Paraíso, replicando– ¡Definitivamente, Usted,no ésta aquí!
Aturdido Juan Pérez, prosiguió haciendo alarde de su “hoja de vida terrenal”, diciendo: – Don Pedro, en el aspecto Económico me ha ido excelente, fui accionista principal de importantes empresas, he dejado cuentas bancarias con Millones de Soles,Dólares, y hasta Euros; he comprado diversas propiedades, mi esposa e hijos han quedado asegurados y bien establecidos en lo educativo, social, económico, con lujosos autos y demás detalles; gracias a mis estudios en las mejores universidades del mundo, me han permitido ser una persona muy influyente por lo cual lidero mi propio partido político con el cual he llegado a ser Congresista y luego Presidente de mi caótica y desordenada Nación.
Luego de escuchar diversos argumentos y compadeciéndose de Juan – San Pedro mencionó:
– ¡Bien Juan!, te voy a hacer una simple pregunta; si la respondes, podrás entrar al Paraíso, espero contestes con la absoluta verdad. Te advierto, no intentes mentir, si lo haces, me daré cuenta; recuerda que soy la persona que permite la entrada al paraíso.
 – ¡Acepto!  –contestó Juan Pérez –. ¿Cuál es la pregunta?
San Pedro, preguntó: – ¿Has sido una persona JUSTA en la tierra?
–Mmm… – Contestó Juan Pérez –Como abogado y letrado soy una persona culta, educada instruida, con maestrías y doctorado,...esteee multimillonario.
– ¡Momento! – Interrumpió San Pedro, – ¿Esa, no ha sido mi pregunta?
–Volveré a preguntar –, replicó San Pedro: – ¿Ha sido Ud. una persona JUSTA? Respóndame con un simple y contundente, Si o No.
Una vez más, de forma evasiva Juan Pérez respondió: – Esteee..., pero soy exitoso empresario, he viajado por el mundo, soy amigo del Papa y hasta Juez y Presidente de mi país he sido…
San Pedro -ofuscado por el tiempo perdido- abrió de par en par las puertas del Paraíso, y dirigiéndose a Juan Pérez -quién miraba desde el umbral de la puerta- le dijo: – Desde donde estás parado puedes apreciar lo hermoso que es el Paraíso; aquí adentro, (señalando al interior del paraíso) está Jesús quién carece de grado de instrucción alguna, pero es persona justa e hijo humilde de un pobre carpintero, a él lo acompañan sus 12 apóstoles, aquí también están algunos santos más y muchas otras personas  buenas; como verás, nuestro mundo esta ordenado, limpio,tranquilo y alegre, en fin todo marcha bien. En ese sentido, al interior de éste el Paraíso, poco o casi nada importa el grado de Educación, instrucción o cultura, el dinero no sirve en absoluto, ni los idiomas, pues todos hablamos uno solo; pero, eso sí, aquí  reina la virtud de la Justicia, pues todos los que ingresaron al paraíso son ante todo personas justas.
Luego, cerrando las puertas del Paraíso (casi en la cara de Juan) y asomándose por la ventana del portón (aún abierta), – San Pedro exclamó– ¡Ah! olvidaba mencionar, aquí no hay abogados,pues no hay conflictos; por lo tanto es bastante probable que Ud. se halla confundido de camino; haré revisar el sistema, pero el del ascenso al cielo. Y presionando un botón (desde el interior), abrió los cielos, he hizo caer a Juan Pérez adonde realmente pertenecía.
MORALEJA(reflexión):
1) “La base del desarrollo de una Sociedad está en lo eficiente de su Sistema de Justicia, la Educación-siendo importante- es uno de sus pilares (no base), que contribuye al desarrollo del individuo y no necesariamente de su entorno social”.
2) “La justicia es sumamente importante para una nación como para dejarla sólo en manos de los abogados, razón por la cual se creó el Juicio por Jurados”.
3) Si quieres hacer de tu Nación un paraíso, tu sistema de Justicia debe de ser eficiente pero ante todo democrático”.
4) No existen los profesionales de la Justicia, ésta es una virtud cardinal presente en todo ser humano.

NO A MAGISTRADOS COMO DOCENTES EN LA UNIVERSIDAD - PERÚ

 Por: Iván G. Fernández Paz (*)
Bajo el amparo de la Constitución Política del Perú y el pretexto que brinda el paradigma de la Educación, en nuestro país se han tejido, construido y mantenido situaciones absurdas e insólitas que lindan con lo  ilógico o son propios de protervo y elemental bodrio que no existen en otras naciones; uno de ellos reza así:
Artículo 146° La función jurisdiccional es incompatible con cualquiera otra actividad pública o privada, con excepción de la docencia universitaria fuera del horario de trabajo.
Los jueces sólo perciben las remuneraciones que les asigna el Presupuesto y las provenientes de la enseñanza (…).
El Estado garantiza a los magistrados judiciales: (…) Y
4.  Una remuneración que les asegure un nivel de vida digno de su misión y jerarquía.
Conocemos que, la encomiable labor ejercida en especial por Jueces y Fiscales, pero también Procuradores, Defensores del Pueblo (en el amplio sentido de la palabra, en adelante Magistrados), resulta ser un apostolado -seres con valor y sin precio-; como tal, su accionar debería ser dedicada a tiempo completo y bien retribuidos tal y como lo expresa el “Inc. 4. Remuneración digna de su misión y jerarquía, acorde a su investidura; en tal sentido, cabe preguntarse:¿Qué urgencia económica, necesidad personal, apuro particular o interés egocéntrico; urge a Magistrados en competir y quitar una opción laboral por horas (nunca a tiempo completo), a un colega abogado? Si consideramos que, los magistrados reciben adecuado y gratificante estipendio del Estado; de no ser considerado así por ellos, la respuesta es simple, ¡RENUNCIEN! y dedíquense a la noble opción pedagógica que brinda la enseñanza.
Si bien resulta cierto concebible y bueno que, un abogado siendo “catedrático” pueda postular a la magistratura, actitud que otorga puntos adicionales a su hoja de vida –situación indiscutible-; también lo es, no ser adecuado que, luego de ingresar como tal, continúe enseñando; así mismo, puede ser asertivo que como Magistrados, algunas Universidades los “inviten” eventualmente a dar conferencias magistrales o ponencias especializadas, más allá de eso, se prestaría a suspicacias; tales pretextos anidadas en la enseñanza degenera en peores consecuencias sustentadas en los siguientes argumentos:
- Vinculada a la Carga Procesal: Se refleja en hacer eco de la eterna queja que por generaciones esgrimen los operadores del derecho, referente a la abominable Carga Procesal; palabra que resume la abundante e incontenible acumulación de expedientes por resolver; situación que al ser contrastada y enfrentada al elemental sentido común, nos dice: “Si no tienes tiempo en solucionar tu trabajo de Magistrado, qué haces ejerciendo de Catedrático”.  Es necesario dedicar más tiempo  a despachar labores, en lugar de estar de “profesor universitario” al cual son inherentes labores de: Investigar, preparar y exponer clases, confeccionar y corregir pruebas, evaluar alumnos, entre otros sucesos; acaso, no resulta lógico dedicarle todo ese tiempo a: Estudiar, analizar y revisar expedientes y casos; obteniéndose como resultado congruente, en que la omnipresente “carga procesal” se vería reducida de alguna forma consecuente.
- Deriva en corrupción: Nuestro país vive una vorágine de corruptela, nefasta situación de la cual no se escapan las Universidades -nacional o particular-; es así que, por los medios de comunicación nos enteramos que, ciertos “personajes” –desde propietarios, rectores, decanos hasta el personal- se han visto envueltos en investigación o juicios por corrupción; tales expedientes en el proceso de investigación o juzgamiento han tenido la increíble “suerte” de caer en despachos, donde los imputados o inculpados (patronal) tienen relación laboral –íntima- con el juez o fiscal (trabajador) quién providencialmente ¡Oh, casualidad! dicta clases en su Universidad, y aun cuando existe un evidente “conflicto de intereses” ante lo cual procede una elemental recusación o elegante abstención al proceso, se continúa con el mismo, olvidando de plano la deontología jurídica; resultado, situaciones arbitrarias y parcializadas que afectan y deterioran el sistema de Justicia en su integridad.
- Germen del padrinazgo: Las aulas universitarias resultan ser caldo de cultivo de interrelaciones personales, situación que se aprecia con énfasis entre catedráticos (jueces o fiscales) y alumnos (futuros abogados), quienes desde las aulas universitarias inician relación biunívoca profesor- alumno, para bien (vasallo) o para mal (aversión); situación generadora de perjuicios en el futuro accionar de los actores dentro del sistema por obvias y elementales razones; verbigracia de lo mencionado es: Partir en total desventaja, al atreverse litigar con una despampanante “coleguita” donde el Magistrado ha sido su profesor y hasta “amigo” benevolente con las notas en épocas universitarias. En éste sentido, tal vinculación ejerce efectos futuros donde predomina el amiguismo, el servilismo y hasta el revanchismo trasladado a estamentos judiciales.
- Distorsiona la calidad de la enseñanza: Es reconocido que en Perú existe gran desprestigio en nuestro sistema de justicia, situación  obviamente derivada de la responsabilidad de “nuestros” magistrados  -salvo honrosas excepciones- quienes dejan mucho que desear en la emisión de sus dictámenes, o fallos previstos en resoluciones, autos o sentencias; en consecuencia, si tenemos “malos” magistrados, entonces ¿Qué tipo de “cátedra” expondrán en clases Universitarias?  No será que en aulas “malos jueces enseñan malas cosas”; volviéndose un círculo vicioso o vorágine de remolino que succiona la calidad de estudiantes de las facultades de Derecho. Resulta fácil entender, que la educación jurídica revela el carácter esencial del sistema y sus instituciones, y como es que el régimen educativo en las Universidades ha contribuido a la mediocre formación del abogado, quién a su vez, deja su huella en nuestro cada vez más deteriorado entorno social; no obstante, continuaremos escuchando de instituciones universitarias que se publicitan y hacen alarde de tener los mejores catedráticos, entre los cuales están tal o cual juez o fiscal.
- D´Turno: Por asuntos eminentemente laborales reflejo de responsabilidades que el Estado otorga, algunos magistrados están obligados a despachar en días no laborales (sábados, domingos y feriados) por lo tanto están “DE TURNO”, el detalle es, que muchas veces NO se les encuentra en su trabajo y hasta son -por decirlo menos-  casi "inubicables" hasta por teléfono celular; el detalle está, en que hay Universidades que dan clases sábados y domingos  (hasta días festivos), por lo tanto, es muy probable que los integrantes de nuestro sistema de Justicia se encuentren departiendo clases en alguna aula; razón por la cual se entiende -en especial los fines de semana- que cuando hay menores accidentados, víctimas mortales (cadáveres por levantar), personas que NO deberían estar en cárcel, etc. pues, ya contamos con elemental noción dónde podría estar el magistrado, y de seguro que con el celular apagado, pues la misma exigencia es trasladada a sus alumnos.
- Obsolescencia en la educación: La enseñanza por parte de Jueces o Fiscales en las Universidades poco contribuye al desarrollo e innovación de la carrera del derecho, por cuanto el ejercer doble trabajo, resta tiempo en investigar nuevas corrientes, manteniendo con denodado afán su “status quo”  ligado a intereses personales, siendo siempre opositores (salvo excepciones) a la renovación del Sistema de Justicia manteniendo doctrinas ortodoxas y desfasadas en el tiempo.
- Politización nefasta del sistema: Aun cuando es verdad, que los magistrados no debe de participar en opciones político partidarias por razones obvias; también resulta cierto que “algunos” manifiestan abiertamente su corazón partidarizado, esto se refleja hasta en universidades, quienes se reparten el mercado laboral (sin generalizar) de la siguiente manera: San Marcos, San Martín y Federico Villarreal se orientan al sector público en especial la Judicatura; otras como la Universidad de Lima y La Católica apuntan al sector privado en vista que la Judicatura está casi copada por egresados de las universidades que ostentan cierto color político y apología partidaria definida.
En buen resumen y según lo expuesto, es de asegurar que contamos con un sistema de Justicia basado en las "interrelaciones personales" lo que en lenguaje popular se denomina "patería"; tal situación configura un ambiente irregular, mediocre pero ante topo injusto; razón ante lo cual, es menester advertir a los magistrados y por el bien de nuestra Nación que, o se dedican a labor completa para los entes del Estado que los contratan, o renuncia a la misma para ejercer la noble labor pedagogía; pero entiéndase, que no es funcional ni compatible ejercer ambas cosas al mismo tiempo, por cuanto existe un simple, permanente y constante conflicto de intereses creados y por crearse.
Que los Magistrados enseñen en Universidades, resulta inconcebible en naciones desarrolladas y prósperas, en especial el mundo Anglo-americano; pero como es de esperar, aquí, en nuestro siempre “confundida” sociedad latinoamericana resulta que ser “catedrático universitario” es una especie de bonificación propia de ensalzar el ego, y ostentar grado de vanidad personal apto a futuros contubernios, amparado de manera poco analizada en nuestra Constitución Política.
Es de incluir a sazón, de que en Derecho “toda regla tiene su excepción”,  o lo parafraseado en el mundo de la Ingeniería “nada es absoluto todo es relativo”; y ante lo expuesto en el titular, no queda sino subsanar y con urgencia  –por el bien del país-  tal inconveniente, competencia dirigida a nuestros legisladores en la debida observancia de nuestra Constitución Política; pero por lo pronto, se podría ir avanzando con restricciones a ser aplicadas en el marco de la nueva Ley Universitaria, así evitamos seguir deformando la carrera de derecho en nuestro país que tan llevada a menos está y por elemental sentido de ser Justicia.

Artículo publicado en Suplemento Dominical del Diario La Industria – Fecha: Chiclayo - Perú 11/Oct/2015

(*) ANALISTA POLÍTICO–
¡Democratizando el Sistema de Justicia!
Asociación Civil Promoviendo Desarrollo / Director del PROYECTO JURADOS (PROJURADOS)
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